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jueves, 17 de mayo de 2012

Proyecto Tierra capítulo 3




 Todavía es de noche ¿volveré a soñar? ¿Con qué me torturarán esta vez mis sueños? Sentí el peso de mis párpados e instintivamente cerré los ojos.

 Abrí los ojos

 La luz del Sol entró a raudales iluminando las fotos que cubrían las cuatro paredes azules de mi habitación, fotos, recuerdos de aquellos momentos en los que podía salir a la calle, correr, sonreír, cogerme de la mano de mi padre y ser feliz.
 Pero de entre todas esas fotos veo una que me llama más la atención, no recuerdo haberla visto antes. La foto me muestra bajo una tormenta y ella, la chica de mi sueño, es el foco de ella.
 Cierro los ojos intentando recordar de cuando es esta foto, si tiene algo que ver con mi sueño, solamente intento buscar respuestas, pero cuando vuelvo a abrir los ojos, descubro con asombro que no se encuentra pegada a la pared, ni siquiera hago el esfuerzo de buscarla porque sé que no la encontraré. ¿Me habré imaginado esa foto? Conozco la respuesta: no.
 Oigo un chirrido, debe ser la puerta principal:
 -¿Aria? –mi madre.
 -¡Hola! –grito desde mi habitación, no me molesto en ir a saludarla. Escucho que se despide de unas amigas, oigo como se ríe por alguna broma que habrá hecho una de ellas, solo  risas y más risas, me agarro la cabeza, siento que va a estallar:
 -¡Idos todos a la mierda! -estallo: corro hasta la entrada, empujo a una amiga de mi madre, que por cierto, menuda nariz tan grande tiene, y salgo a la calle, el impacto de la luz del Sol sobre mí hacen venir a mi mente el sueño donde salía la chica de la foto:


 >>Sentía la luz cegadora del sol impactando en mis ojos, pero no me importó, sentir sus rayos acariciando mi piel, era una sensación que había olvidado, sonreí feliz. Alcé la mirada hacia el Sol pero la bajé rápidamente, no me acordaba de lo molesto que era mirarlo, empecé a oír un sonido, me di cuenta de que provenía de mí, era mi risa, me estaba riendo, había olvidado su sonido.
 Al cabo de un rato la oscuridad lo envolvió todo, una nube había tapado el Sol, mi Sol, divisé una sombra acercándose a mí, conforme se acercaba iba tomando forma, formas femeninas, la chica esbozó una sonrisa y alzó el brazo izquierdo, acto seguido comenzó a llover y después… <<

 Después supongo que abrí los ojos.


 Al salir a la calle lo primero en lo que me fijo es en el edificio del Ayuntamiento: alto, adornado de banderas con su gigantesco reloj y... ¿el jardín?

 17 de mayo de 2006
 -¿Te gusta?
 -Es muy bonito, papá -dije con una sonrisa en la boca.
 -El Gobierno me ha pagado bien por crear un jardín en la plaza del Ayuntamiento -se le borró la sonrisa- sin embargo, ya no volveré a trabajar.
 -¿Por qué? ¿Te vas a jubilar?
 -No, Aria, no soy tan viejo para eso, no volveré a trabajar porque... -me miró fijamente- tú solo confía en mí.

 17 de mayo de 2012
 Aún lo recuerdo como si fuese ayer... el jardín de mi padre ya no está, ¿por qué? Demasiadas preguntas acuden a mi cabeza:
 ¿Qué me estaba pasando? Cada día que pasaba me sentía más débil: continuos dolores de cabeza, desmayos y a veces me encontraba sin casi fuerzas para levantarme de la cama, es cierto que tengo la defensas bajas pero estaba empeorando sin saber por qué. Todo esto empezó desde que el nuevo Presidente salió elegido, aunque no creo que guarde relación alguna, pero desde que fue considerado Presidente, hay menos bosques, menos vegetación en general en mi ciudad, según él es que la espesa vegetación que mi padre dejó de legado era molesta para peatones, conductores y era necesaria su destrucción para la construcción de nuevos edificios.   No sé si llevaría razón o no, el caso es que por cada árbol talado, algo en mi interior se rompía.
 Y aquí estoy yo ahora, vagabundeando por las calles contaminadas de esta pequeña ciudad, el corazón empieza dolerme y todo oscuro se vuelve.

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