background: url(URL de la imagen) no-repeat center center fixed; background-size: cover; expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

sábado, 26 de mayo de 2012

Proyecto Tierra capítulo 4



Al abrir los ojos, lo primero que me vino a la cabeza fue:
 -¿Dónde estoy?
 ¿Un invernadero? Los jazmines estrellados cubrían el techo formando una bóveda floral. Pero, ¿qué hago yo aquí? Me levanté, estiré los miembros y me sentí… ¿cómo decirlo? ¿Rejuvenecida?  Tanto verde me animaba, sentí ganas de sonreír.
 Me giré al oír unos pasos detrás de mí y allí volvía a estar ella, con su cabello castaño rizado oscuro, mirándome fijamente.
 -¡Tú! –grité y al instante un árbol cayó encima suyo. La chica oyó los crujidos de la madera del tronco al romperse y saltó hacia atrás un segundo antes de que el árbol la aplastase:
 -Deberías tener más cuidado –musita.
 -Yo no he hecho nada, eres tú la que me acosa.
 -¿Acosarte? –alza una ceja- te he encontrado tirada en la calle y te he traído hasta aquí salvándote la vida ¿y así es cómo me lo pagas: llamándome acosadora e intentando matarme?
 -Salías en mis sueños… alzabas una mano y empezaba a llover.
 -Más bien la que parece una acosadora eres tú soñando conmigo sin haberme visto nunca –esbozó una sonrisa burlona.
 Miré para otro lado avergonzada:
 -Yo no he intentado matarte... el árbol cayó solo.
 -Aria... -se sentó al lado mío- Vulcanus.
 -¿Te llamas así?
 Soltó una carcajada:
 -Me llamo Arizona y tengo que explicarte muchas cosas.

viernes, 18 de mayo de 2012

El querer saber

 Sufro cuando me entero de la muerte de una persona con toda la vida por delante.
 Sufro por todo lo que deja atrás. Pienso que pasaría si eso me ocurriese a mí: ¿dejaría roto el corazón de muchas personas? ¿Derramaría lágrimas? Me quedaría si ver cumplidos mis sueños.
 "¿Qué quieres ser de mayor?" Es una pregunta que me han formulado mucho a lo largo de mi vida pero que nunca he sabido responder, aunque me encantaría conocer la respuesta. Pero... ¿qué pasaría si mi corazón parase de latir? Nunca llegaría a responder, nunca llegaría a saber que depararía para mí el futuro, nunca llegaría a ser nada.




jueves, 17 de mayo de 2012

Proyecto Tierra capítulo 3




 Todavía es de noche ¿volveré a soñar? ¿Con qué me torturarán esta vez mis sueños? Sentí el peso de mis párpados e instintivamente cerré los ojos.

 Abrí los ojos

 La luz del Sol entró a raudales iluminando las fotos que cubrían las cuatro paredes azules de mi habitación, fotos, recuerdos de aquellos momentos en los que podía salir a la calle, correr, sonreír, cogerme de la mano de mi padre y ser feliz.
 Pero de entre todas esas fotos veo una que me llama más la atención, no recuerdo haberla visto antes. La foto me muestra bajo una tormenta y ella, la chica de mi sueño, es el foco de ella.
 Cierro los ojos intentando recordar de cuando es esta foto, si tiene algo que ver con mi sueño, solamente intento buscar respuestas, pero cuando vuelvo a abrir los ojos, descubro con asombro que no se encuentra pegada a la pared, ni siquiera hago el esfuerzo de buscarla porque sé que no la encontraré. ¿Me habré imaginado esa foto? Conozco la respuesta: no.
 Oigo un chirrido, debe ser la puerta principal:
 -¿Aria? –mi madre.
 -¡Hola! –grito desde mi habitación, no me molesto en ir a saludarla. Escucho que se despide de unas amigas, oigo como se ríe por alguna broma que habrá hecho una de ellas, solo  risas y más risas, me agarro la cabeza, siento que va a estallar:
 -¡Idos todos a la mierda! -estallo: corro hasta la entrada, empujo a una amiga de mi madre, que por cierto, menuda nariz tan grande tiene, y salgo a la calle, el impacto de la luz del Sol sobre mí hacen venir a mi mente el sueño donde salía la chica de la foto:


 >>Sentía la luz cegadora del sol impactando en mis ojos, pero no me importó, sentir sus rayos acariciando mi piel, era una sensación que había olvidado, sonreí feliz. Alcé la mirada hacia el Sol pero la bajé rápidamente, no me acordaba de lo molesto que era mirarlo, empecé a oír un sonido, me di cuenta de que provenía de mí, era mi risa, me estaba riendo, había olvidado su sonido.
 Al cabo de un rato la oscuridad lo envolvió todo, una nube había tapado el Sol, mi Sol, divisé una sombra acercándose a mí, conforme se acercaba iba tomando forma, formas femeninas, la chica esbozó una sonrisa y alzó el brazo izquierdo, acto seguido comenzó a llover y después… <<

 Después supongo que abrí los ojos.


 Al salir a la calle lo primero en lo que me fijo es en el edificio del Ayuntamiento: alto, adornado de banderas con su gigantesco reloj y... ¿el jardín?

 17 de mayo de 2006
 -¿Te gusta?
 -Es muy bonito, papá -dije con una sonrisa en la boca.
 -El Gobierno me ha pagado bien por crear un jardín en la plaza del Ayuntamiento -se le borró la sonrisa- sin embargo, ya no volveré a trabajar.
 -¿Por qué? ¿Te vas a jubilar?
 -No, Aria, no soy tan viejo para eso, no volveré a trabajar porque... -me miró fijamente- tú solo confía en mí.

 17 de mayo de 2012
 Aún lo recuerdo como si fuese ayer... el jardín de mi padre ya no está, ¿por qué? Demasiadas preguntas acuden a mi cabeza:
 ¿Qué me estaba pasando? Cada día que pasaba me sentía más débil: continuos dolores de cabeza, desmayos y a veces me encontraba sin casi fuerzas para levantarme de la cama, es cierto que tengo la defensas bajas pero estaba empeorando sin saber por qué. Todo esto empezó desde que el nuevo Presidente salió elegido, aunque no creo que guarde relación alguna, pero desde que fue considerado Presidente, hay menos bosques, menos vegetación en general en mi ciudad, según él es que la espesa vegetación que mi padre dejó de legado era molesta para peatones, conductores y era necesaria su destrucción para la construcción de nuevos edificios.   No sé si llevaría razón o no, el caso es que por cada árbol talado, algo en mi interior se rompía.
 Y aquí estoy yo ahora, vagabundeando por las calles contaminadas de esta pequeña ciudad, el corazón empieza dolerme y todo oscuro se vuelve.

domingo, 13 de mayo de 2012

Proyecto Tierra capítulo 2


  -¿Aria? ¡Aria!
 -¿Eh? ¿Qué?
 La clase se rio ante mi confusión.
 -Te estaba preguntando quién fue el rey que alcanzó el trono español el mismo año que Luis XIV murió –el profesor disipó mi confusión.
 -Esto… pues… -esto me pasa por estar ensimismada en mis pensamientos- ¿Felipe IV?
 El profesor suspiró:
 -Fue Felipe V, ¿cuántas veces voy a tener que repetirlo para que te enteres?
 -Yo… lo siento –bajé la mirada avergonzada.
 -Procura estar más atenta la próxima vez.
 Asentí y seguí mirando el paisaje que se divisaba desde una de las ventanas de mi clase: edificios y más edificios y ni un solo jardín. En la ciudad en la que yo vivo es un poco, un poco no, bastante difícil encontrar un jardín en condiciones.
 Desde luego que esta ciudad tan contaminada y con tan poco vegetación, no tiene futuro.
 Y así suelen ser todos mis días, aburridos, sosos, poca conversación (solo hablo con mi madre, con las demás personas de mi edad no suelo relacionarme, ni ellas conmigo) y con un único deseo al final del día: terminar las clases para ir a un invernadero que descubrí hace poco que pusieron cerca de mi casa.
 Pero supongo que os preguntaréis: ¿por qué voy a ese invernadero y no al mío?
 Si es así, solo os digo que esa pregunta tiene una fácil respuesta: desde la muerte de mi padre, mi madre me prohibió la entrada al invernadero por si me infectaba con la planta que supuestamente mató a mi padre y digo supuesta porque sigo sin creerme que mi padre cultivase una planta que podría matarlo. 
 Pero digo yo, ¿no habría sido más fácil haber quitado esa planta y poder dejarme entrar en el invernadero?
 Supongo, que como es el recuerdo más vivo que tenemos de mi padre, mi madre habrá querido dejarlo tal y como él lo dejó.


 Abro los ojos y me doy cuenta de que he vuelto a soñar con un día de instituto y muy real… Tengo las defensas muy bajas por lo que suelo estar continuamente enferma, mi madre decidió sacarme del colegio y que diese las clases en casa para preservar mi salud. Todos los días veo pasar a chicas como yo, de 16 años, riendo y hablando unas con otras y la envidia empieza a corroerme por dentro, la envidia de lo que ellas tienen y yo no, me es imposible evitar este sentimiento que me mata por dentro lentamente.

Proyecto Tierra capítulo 1


 A mi padre le encantaban las plantas, quizá por eso era jardinero.
 Recuerdo que todas las tardes, cuando yo volvía del colegio, siempre había una flor distinta en mi habitación. Supongo que esa era su forma de decirme que me quería, ya que a mi madre también le dejaba una flor todos los días en su cuarto.
 Un día nos dijo que pensaba instalar un invernadero en el jardín de nuestra casa, gracias a que teníamos un extenso jardín, así se hizo.
 Yo recibí la noticia con mucho entusiasmo a diferencia de mi madre, que puso bastantes pegas: que si nos iba a costar mucho dinero instalarlo, que si íbamos a gastar mucha agua y por lo tanto recibiríamos los recibos del agua con muchos ceros, etcétera. Al final mi padre le convenció de que era una buenísima idea instalarlo, ellos ya conocían mi pasión por las plantas heredada de mi padre, y puede, incluso, que algún día, podrían vender sus propias plantas. A los pocos días el invernadero ya se encontraba en el jardín.
 Y todas las tardes, al llegar del colegio, y me pasaba horas y horas allí metida. Sé que suena ridículo, ¿pero qué se le va a hacer? Yo era así y por aquel entonces no tenía remedio.
 Pero entonces, como ocurre siempre, llegaron los problemas: mis padres empezaron a discutir todos los días y yo siempre iba a refugiarme al invernadero, a obtener un poco de paz, porque sé que suena un tanto extraño, pero eran las únicas que me escuchaban, yo les preguntaba y ellas me respondían, en el fondo eran mis únicas amigas, yo era y sigo siéndolo muy tímida por lo que me costaba mucho hacer amigos.
 Un día, al venir del colegio, me encontré a mi madre llorando en la cocina, le pregunté qué era lo que le pasaba y me dijo algo que ni yo misma podía creerme por aquel entonces:
 -Tu padre… se- se ha muerto…
 Esa noticia fue un duro golpe para mí, mi madre me dijo que había sido a causa de la infección de una planta venenosa que él mismo había estado cultivando con mucho esmero. No podía creérmelo, una de las cosas que mi padre más amaba en el mundo lo había matado. 
 Y si yo era yo ya era la rarita del colegio, imaginaos cuando entré en el instituto. Quería tanto a mi padre que su pérdida a mi madre y a mí nos había afectado bastante, me cerré y me convertí en una solitaria, total, para la gente que se jactaba de mi presencia…

martes, 8 de mayo de 2012

El significado de tu recuerdo

Y ahora sentada en esta mecedora verde oscuro, verde como tus ojos, observo el cielo negro sin ninguna estrella, un cielo triste porque no estás tú, un cielo negro como tu cabello que acompañaba la sonrisa que siempre me dirigías.
 Rememoro aquellos momentos en los que me hacías reír y cuando me besabas sentía latir más que nunca el corazón en mi pecho.
 Recordar todo esto me hace sufrir porque viene a mi mente aquel día en que tu sonrisa se borró de tu rostro, aquel día en que las estrellas dejaron para mi de adornar la bóveda celeste porque tu corazón de latir dejó.

Nadie

Un concierto de música y veo gente gritando a mi alrededor, multitud de rostros desconocidos, rostros que pertenecen a personas, personas que tienen una vida que desconozco. Y entonces, me doy cuenta de que no soy nadie, solo soy una persona de entre los millones de asistentes al concierto, porque nosotros nos creemos que importamos y que sin nuestra existencia el mundo ya no sería lo mismo, pero eso es mentira, porque tarde o temprano moriremos, se nos echará en falta, eso es cierto, pero con el paso del tiempo nuestro recuerdo desaparecería de las mentes de las personas.
 Pero tal vez alguien nos recuerde, que sonría al recordar los momentos que pasamos juntos, alguien que llore cuando nos vea en una foto y recuerde que ya no estamos.

 No somos nadie en el mundo, pero sí en el corazón de aquellas personas que nos quisieron alguna vez.

El cierre del cielo


Quiero ser feliz, sonreír siempre que pueda y cuando yo quiera, quiero poder decir te quiero y abrazarte por el mero hecho de ser tú.  Solo quiero que sepas que tu marcha significaría el cierre del cielo y su caída, vendría la era oscura,  los cristales estallarían en mil pedazos y que nunca más mi corazón sería capaz de amar.