background: url(URL de la imagen) no-repeat center center fixed; background-size: cover; expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

martes, 4 de marzo de 2014

Una triste historia

Hablemos de la triste historia de cómo dos palabras pierden su significado para una persona. Dado que “persona” es un sustantivo femenino nos referiremos a tal término con el pronombre “ella”.
Desde pequeños nos han enseñado a pedir perdón cada vez que obramos mal, y a perdonar, ¿verdad? Pero mi observación es la siguiente: ¿por qué obramos mal? Nos pasamos la vida diciendo “lo siento”, y quien siga creyendo que no estoy en lo cierto, puede dejar de leer esto.
Bien, si sigues aquí, te lo agradezco. Así que volveré al punto anterior: ¿por qué obramos mal? Y no me refiero a cuando rompemos un vaso sin querer o nuestra madre se enfada con nosotros por no limpiar nuestra habitación. Me refiero a cuando herimos a alguien, sí, alguien con sentimientos, no somos duros como una piedra, pese a lo que algunas personas piensen.
Ella estaba cansada de oír esas dos palabras, “lo siento, lo siento y lo siento”, continuamente. Ya no les encontraba su significado inicial, se habían convertido en dos vocablos sin sentido. ¿Tuvieron un significado alguna vez? Quiero decir, bien podrían ser simplemente dos palabras que quedaban bien juntas y darle ese significado conjunto, o ¿por qué “lo” y “siento” tienen esos significados? O más bien desvaríos míos.
Lo cierto es que ella estaba acostumbrada a que le decepcionasen, es decir, a oír esos dos términos, quizá por ello le costaba tanto confiar en alguien, vivía con miedo a que ese alguien le hiciera oír ese mensaje, nuevamente.
Así fue como ella se deshizo del significado de “lo siento”, tanto daño acumulado terminó haciendo mella en su interior. Habían dejado de existir.
Ella, continuamente pensaba: “¿por qué no paran de hacerme de daño? ¿Por qué no pueden simplemente dejarme en paz?" Ellos, envenenándome con sus palabras, haciendo creer imposibles.

Nosotros, los seres humanos, siempre tendiendo a ilusionarnos con nada, desilusionándonos en cuestión de segundos.

6 comentarios:

  1. Yo creo que en una relación suelen haber dos personas: el que hiere y decepciona y el que es herido y se decepciona. Estos roles pueden cambiarse, sí, pero con frecuencia, uno se puede acostumbrar a pedir perdón por todo y sentirse culpable y el otro a perdonar y ser dañado. No sé hasta qué punto es bueno o malo uwu
    Pd: Holiwas~ n-no es como si te hubiera stalkeado

    ResponderEliminar
  2. Hola! x3 Me ha encantado tu entrada, dice muchas verdades. Decimos lo siento para salir del paso, para evitar los enfrentamientos y en realidad siempre es mentira, nunca lo sentimos de verdad. Ni siquiera pensamos en el significado de esas dos palabras. Las usamos como un comodín cuando algo nos sale mal, pero en realidad nunca lo sentimos ni nos arrepentimos.
    También estoy de acuerdo con Mary-nya (hola! :33): tienes razón, aunque el que decepciona no siempre se siempre se siente culpable, muchas veces ni se da cuenta de que el otro esta siendo continuamente decepcionado por su culpa. Y eso es horrible, pero es la realidad.

    Bueno, pues eso xDD Súper comentario jajajajajaja PD: yo también te he stalkeado... viva el stalkeo!!

    ResponderEliminar
  3. Me gusta que me stalkeéis el blog e.e Y no siempre que se dice lo siento es mentira, a veces se dice de verdad, el problema viene cuando la persona dañada ha sido decepcionada demasiadas veces porque ya no puede creerle.

    ResponderEliminar
  4. Es cierto que el "lo siento" es algo a lo que se recurre mucho y muchas veces de muy mala manera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero aceptarlas te hace especial. Eso si, no seamos tontos y no nos dejemos engañar!!
      Me gusto mucho tu entrada :DD

      Eliminar
  5. Se aceptan pero no se olvidan. Me alegro ^^

    ResponderEliminar