background: url(URL de la imagen) no-repeat center center fixed; background-size: cover; expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

domingo, 16 de febrero de 2014

El continuo "por qué"

 El atardecer bañaba con su luz todo el paisaje: un desfile de árboles, altos, otros más bajos pero todos teñidos por una intensa luz roja. Me consideraba un ser afortunado por poder ver tal espectáculo pero la velocidad del tren impedía observarlo con claridad.
 El tren volvió a estacionar en una parada más, unos pasajeros subían, otros bajaban. Algunos con más prisa, otros con menos.
 Cuando estaban a punto de cerrarse las compuertas un último pasajero subió al tren: una chica de cabello castaño que vestía unos pantalones rojos a juego con una camiseta negra de un grupo de música que yo desconocía. Captó mi atención instantáneamente. Me era inevitable mirarla y no recordar a la persona a la que tanto amé en vida y, que más tarde, me destrozó por completo. Eran idénticas.
 Un cúmulo de pensamientos atosigó mi mente.
 Apoyé mi cabeza en el cristal de la ventana y cerré los ojos.

 Recordé aquellas mañanas en las que me despertaba y tú estabas a mi lado, en como recorría con los labios cada centímetro cuadrado de tu piel, despertándote, y tú suspirabas en mi oído. Recordé tu pupila clavada en mi pupila y aquella sonrisa que me hacía increíblemente feliz.
 Y ahora me tumbo en la cama y al girarme, tú ya no estás a mi lado, solamente queda un hueco vacío, ¿por qué te tuviste que ir?
Me pregunto cuándo fue el momento justo en el que todo empezó a estropearse, o en el que tú comenzaste a cambiar.

 Una vez me dijiste: “cuando amas a alguien, aceptas que pueda hacerte daño en un futuro.” Al fin y al cabo, las personas vienen, se van, y muy pocas se quedan.

domingo, 9 de febrero de 2014

Move along.

 Mira, antes me sentaba en un banco y mis pies no llegaban a tocar el suelo.
 Fíjate, antes no paraba de caerme de la bicicleta y ahora ya aprendí.
 Y vaya, ¿te acuerdas de cuándo leer me costaba horrores?
 También aprendí a levantarme tras caer gracias a que ahí estabas tú tendiéndome la mano.
 Y sí, cada día creo que he crecido un poquito más, pero, ¿qué hay de verdad en ello? Quiero decir, siempre aparecen nuevos obstáculos, ¿no? Y saltar no se me da bien.
 Acuérdate de cuando nos conocimos, parece que haya pasado media vida desde aquello: yo tímida y silenciosa, tú alegre y siempre dispuesta a escucharme.
“No llores, por favor, no lo hagas” me decías pero yo solía llevarte la contraria.
 Siempre tendiendo a mirar al pasado, dejándome embargar por él. Me declaro adicta.

 Y ahora… ¿ahora qué? Buena pregunta, no sé si sabría responder a ella. Solo sé que repararé lo roto en mí, por ti y por mí.Move Along - The All-American Rejects.