En la oscuridad acecha una criatura, preparada para
abalanzarse sobre ti cuando bajes la guardia; pero tú, inocentemente, te crees
a salvo.
Tú, inocentemente, te
crees a cubierto.
Cometes el error de
creer que esa hoguera encendida por ti iluminará cada rincón oscuro, pero no,
no es así, siempre quedará algún rincón oscuro donde se resguarde la criatura:
¿qué harás cuando te des cuenta de ello? Permíteme que responda por ti: nada. Apenas
tendrías tiempo de reaccionar.
Tu mirada se perdió
entras las lenguas de fuego, danzando, acariciándose entre sí; perdiendo así la
noción del tiempo.
Observé atemorizada
como acercabas tu mano derecha a las llamas, sin miedo a quemarte, al fin y al
cabo, ya estabas acostumbrada al dolor. “Solo sería un rasguño más, ¿qué más
daba?” No, intenté alejar de tu mente aquella voz incitándote a hacerlo y que
tú inconscientemente escuchabas, pero la corriente de pensamientos me
arrastraba y me alejaba de mi objetivo. Esa maldita criatura estaba ganando
terreno. Nada parecía contentarla, nada parecía ser suficiente para ella, solo
dolor y más dolor. Una y otra vez arremetía contra ti, y te volviste a preguntar: “¿qué más daba
quemarse con fuego?” Así pues, la sensación de quemazón empezó a recorrer tu
cuerpo pero no apartaste tu mano, entendía que era tu manera de intentar
desplazar a un lado el dolor psíquico que sentías. Pero ni aun así conseguiste
escapar de esa oscura criatura, se encontraba por todas partes, ni siquiera al
lado de las llamas te encontrabas a salvo. Ella ocupaba cada rincón de tu
mente, de nuestra mente.
Lo siento, siento haberte fallado pero no sé cómo
librarme de ella.
Cada latido de
nuestro corazón nos acercaba más a ella.
¿Cómo escondernos de
nuestra propia mente?
Y cuando menos te lo
esperas, una nube pasajera descarga toda su furia sobre ti y de pronto, todo se
encuentra sumido en la oscuridad. Aterrorizada, noto como el pequeño hilo que
te mantenía a flote se rompe.
¿Ves? Te lo dije: tú,
inocentemente, te creías a salvo.
Solo sé una cosa y es
la siguiente: volverás a caer en el laberinto de sus garras, te preguntarás
entonces: ¿cuál camino tomar entonces?” No esperes que haya alguien
mostrándotelo, la respuesta solo te la puedes dar tú y solo tú.
Sinceramente. No sé
por qué te estoy contando todo esto si ya apenas me escuchas, soy la pequeña
parte racional que aun te queda pero que poco a poco se pierde contigo.
Me rompe por dentro
ver el puzzle de nuestra alma desordenado; y sin embargo, aquí estoy, sin darme
por vencida, amarrándote al borde de la realidad. Me niego a perderte. A
perdernos.
Me encanta *-* Escribes bastante bien y esa manera de expresarte es simplemente *-* Te sigo!
ResponderEliminar*-* Muchas gracias, de verdad, me has alegrado el día con tu comentario.
ResponderEliminarMaldita Elena y maldita su forma perfecta de escribir e_e" (es decir que me ha encantado *-*)
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYay, gracias :3
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